El peso pesado David Price confirmó su retiro como boxeador profesional activo. Una carrera frenada por boxeadores dopados

Daniel Pi
@BastionBoxeo

El británico David Price ha confirmado que se ha retirado como boxeador profesional en activo, poniendo fin de ese modo a una trayectoria que se inició en 2009 y que había sido precedida por un buen recorrido amateur. Tras las explicaciones de Price sobre los motivos que le han llevado a poner fin a su carrera (sobre todo la pérdida de la ambición en el deporte) se han sucedido las reacciones de los aficionados, que han oscilado entre los que le han deseado lo mejor al púgil en el futuro (con o sin críticas a sus éxitos como profesional) y los que simplemente han hecho burlas estúpidas respecto a lo que consideran una carrera decepcionante.

Es cierto que, avanzando como prospecto invicto en un momento en el que no había campeones mundiales británicos en activo, muchos fans y parte de la prensa de su país se precipitaron al considerar que sería inevitable que se proclamase monarca mundial, expectativas que no cumplió, viéndose además lastrado por knockouts contundentes en peleas decisivas. Con todo, si no son justos de por sí los que minusvaloran el esfuerzo de los boxeadores por debajo de la élite, todavía es más injusto hablar de que Price ha tenido una carrera fracasada como deportista, especialmente obviando un hecho tan relevante como las trampas de algunos de los boxeadores que le batieron.

Haciendo un recorrido rápido de su paso por el boxeo, Price se convirtió en el boxeador más joven de la historia en lograr un oro en campeonato inglés amateur en la categoría del peso superpesado, consiguiendo posteriormente otros dos oros nacionales, un oro en los campeonatos de la Commonwealth y otro en los de la Unión Europea, éxitos culminados finalmente por un bronce olímpico. Así, su paso por el pugilismo amateur fue mucho más exitoso que el de otros púgiles de los que se destaca su bagaje en el boxeo con camiseta.

Por otro lado, como profesional escaló inicialmente a muy buen paso, acumulando 15 victorias profesionales, 13 antes del límite, y cosechando los cetros inglés, británico y de la Commonwealth antes de llegar a sus dos combates ante Tony Thompson. Sin duda, las dos derrotas consecutivas que padeció ante éste marcaron su trayectoria, truncando su confianza, pero por desgracia casi nadie recuerda que, en uno de los tests de los combates ante Price, se cazó a Thompson con un positivo en control antidopaje. Este fue uno de los casos más bochornosos en los que ha tenido participación UKAD (la Agencia Antidopaje de Reino Unido), ya que no se hizo público el positivo hasta que habían pasado cerca de dos años, tras los cuales se informó de que la sanción ya había sido cumplida retroactivamente, si bien Thompson siguió compitiendo durante todo ese tiempo.

Tras esos dos tropiezos ante un dopado (Thompson incluso expresó públicamente su opinión de que se debería dar libertad sin límites a los boxeadores para que consumiesen sustancias dopantes, de las cuales aseguró además que eran beneficiosas para la salud), Price logró cuatro triunfos y alcanzó un campeonato de Europa ante Erkan Teper, quien le noqueó. Con todo, Teper también dio positivo en el control antidopaje de después del combate, trampas que ya había cometido en un campeonato de la Unión Europea. Asimismo, la policía alemana encontró viales de sustancias dopantes en su coche y en la habitación de su hotel, siendo su culpabilidad indudable. Sin embargo, esta noticia, otra vez, sorprendentemente surgió meses más tarde y únicamente gracias a los esfuerzos de la prensa germana, dado que la federación boxística alemana había ocultado bajo la alfombra los positivos. De todos modos, la fosilizada y arrogante EBU se negó a cambiar el resultado y mantuvo el veredicto de KOT a favor de Teper.

Con Price recibiendo críticas y burlas de quienes afirmaban que tenía una mandíbula de cristal y que no tenía resistencia alguna (quienes dicen tales cosas no se paran a pensar el efecto que tendría en ellos el puñetazo de un dopado de 115 kg de peso), su moral no se mantenía y la inestabilidad se hizo con el mando definitivamente, introduciéndole en los últimos años de su trayectoria. Aun así, se dice que en sesiones de sparring Price noqueó brutalmente a púgiles de la élite del peso pesado que llevaban casco, mientras que en su perdido duelo oficial ante Christian Hammer llegó a tumbar al encajador rumano antes de que sus fuerzas se desvanecieran y fuese vencido más por agotamiento que por KOT.

La última encomiable actuación de Price llegó ante otro boxeador con un positivo en control antidopaje, Alexander Povektin, al que logró estremecer, derribar y poner en serios apuros antes de terminar derrotado. Hay que destacar que Povektin, incluso aunque estaba entonces en horas bajas respecto a su pico de rendimiento, posteriormente generó dificultades a Anthony Joshua, venció a Hughie Fury, empató contra el fortísimo Michael Hunter y noqueó sobrecogedoramente a Dillian Whyte (éste perdió un round antes de lo que tardó Price), por lo que si cayó a manos del ruso no lo hizo precisamente ante un rival endeble.

Finalmente, con su carrera ya prácticamente consumida, Price padeció una derrota por lesión ante Sergey Kuzmin y un KOT ante Dereck Chisora, aunque no sin antes lograr una victoria mencionable en el ámbito local ante David Allen.

Se puede pensar que igualmente aunque no se hubiese cruzado en el camino de probados dopados Price no habría podido alcanzar la cima por su poca resistencia, por su mala gestión de la fatiga o por una defensa que no era precisamente excelente. De todos modos, sin las derrotas ante los dopados quizás podría haber logrado más éxitos y haber alcanzado peleas de más calado y mayores bolsas en sus mejores años.

En cualquier caso, con más o menos logros profesionales (sus logros amateur fueron muy importantes) Price ha sido un boxeador que ha ofrecido lo mejor de sí siempre, que ha aceptado peleas muy difíciles cuando le habría convenido (como hacen otros) dedicarse a maquillar su récord durante largas rachas ante oponentes modestos, y que ha dejado grandes noches de entretenimiento, buenos knockouts gracias a su enorme pegada y una buena conducta dentro y fuera del ring.

Price no tiene nada de lo que avergonzarse por su carrera aunque se quedase lejos de cumplir las mayores proyecciones que se hacían de él, y quienes tratan de humillarlo cruelmente cuando ha colgado los guantes sólo deberían sentir pena y desprecio por sus propias actitudes.