La investigación de AIBA concluye que hubo corrupción y manipulación de resultados en Juegos Olímpicos de 2016

Daniel Pi
@BastionBoxeo

El Comité Olímpico Internacional (COI) está compuesto por muchas organizaciones deportivas, de las cuales no pocas han dado muestras de nadar en un lodazal de corrupción al más alto nivel. Con todo, la organización que regula el boxeo amateur, la AIBA, ha sido durante tantos años tan absoluta y radicalmente corrupta que al COI, para tratar de guardar las formas, no le quedó más remedio que amenazar a ésta con quitarle el poder para regular el boxeo olímpico e incluso amenazar con sacar a este deporte de los Juegos Olímpicos.

Tras la advertencia y una consecuente destitución del presidente de la AIBA y de ciertos altos cargos asociados, el nuevo presidente Umar Kremlev organizó una comisión de investigación que hoy ha publicado en rueda de prensa una primera conclusión: tanto en los Juegos Olímpicos de 2016 como en las rondas de clasificaciones hubo manipulación deliberada de resultados para favorecer las victorias de determinados boxeadores. Según se ha aclarado, la dirección nombraba jueces y árbitros que o eran parte de un complejo esquema de corrupción o que simplemente aceptaban manipular el resultado a cambio de mantener un puesto que pendía de un hilo a causa de su incompetencia.

Este hallazgo puede parecer a simple vista un gran paso adelante para limpiar el deporte, si bien realmente es más el uso de un chivo expiatorio para intentar lavarse la cara y proteger a la nueva presidencia.

Primeramente, la investigación ha especificado que la culpa de la corrupción la tenía el depuesto presidente, de modo que con eso ya se han establecido unos límites o una barrera de contención respecto a la nueva presidencia y a sus aliados que impedirán extirpar el problema de raíz o hacer cambios de calado en la estructura. Por otro lado, la investigación ha especificado que las peleas probadamente manipuladas y las simplemente “sospechosas” fueron sólo “alrededor de 11, quizás menos”, lo que ni mucho menos supone abordar completamente el problema que implica un entramado de corrupción sistémica que ha estado operando durante años, sino sacar una punta del iceberg con algunas peleas muy llamativas (Joyce-Yoka, Conlan-Nikitin) con la que fingir que la investigación ha dado todos los frutos posibles.

Finalmente, aunque medios británicos están obviando esta parte, la investigación también ha encontrado pruebas de que hubo manipulación en los Juegos Olímpicos de 2012 (en los que recordemos que se produjeron grandes polémicas) pero ni mucho menos ha hablado por ahora específicamente de peleas, sino de aspectos hasta cierto punto secundarios que de nuevo no profundizan en el alcance total de la corrupción. Por otra parte, resulta ridículo que se haya querido hacer una distinción total entre los Juegos Olímpicos de 2016 y los de 2020 (2021), como si en estos últimos no hubiese habido ningún tipo de resultado cuestionable, polémico o manifiestamente corrupto, lo que da una muestra clara de que la intención de la investigación dirigida por la nueva presidencia es que todo cambie para que siga igual…

De todos modos, durante años unos pocos se han atrevido a llamar las cosas por su nombre y a explicar que existía corrupción en el boxeo amateur y en el boxeo profesional, habiéndose probado de momento en cuanto se ha hecho una investigación, incluso una poco incisiva, la manifiesta falta de limpieza de la cúpula dirigente del pugilismo aficionado. Así, incluso si el paso adelante no ha resultado grande, se ha creado un punto de partida que quizás algún día se pueda trasladar al pugilismo de pago para iniciar una limpieza que hace ya demasiado tiempo que es necesaria.