El mexicano Esteban Bermúdez dio la sorpresa batiendo al noqueador venezolano Carlos Cañizales

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Foro Viena, Ciudad de México, México. Peso minimosca, subcampeonato WBA.

Los boxeadores mexicanos en la época post-parón están logrando tantas victorias contra pronóstico que resulta muy difícil llevar la cuenta. A ellas se sumó la pasada madrugada una más cuando Esteban Bermúdez 14(10KO)-3(1)-2, un púgil resistente y competente pero sin triunfos relevantes y que había sido vencido en sus dos mayores tests (Rosendo Hugo Guarneros y Gilberto Parra), logró totalmente por sorpresa batir en el sexto round al invicto noqueador venezolano Carlos “CCC” Cañizales 22(17KO)-1(1)-1, que había vencido a oponentes del nivel de excampeón mundial Sho Kimura o del entonces invicto titular nacional japonés Reiya Konishi.

Seguramente afectado por los dos años de inactividad que padecía, Cañizales no encontró su ritmo ni estuvo cómodo ante su motivado y más rodado adversario, algo que se apreció desde el primer round, en el que Bermúdez le estremeció con un abierto curvo. Este susto inicial sacó a Cañizales del centro del ring en gran medida y en adelante le situó más cercano a las cuerdas, teniendo que lidiar con la presión de un Bermúdez que encajó de manera sorprendente hasta los más nítidos cañonazos en directo diestro del pegador venezolano.

Ciertamente, Cañizales no estaba abrumado, dado que podía realizar intentos de contraofensivas y aquí y allá llegaba con golpes de poder, pero Bermúdez estaba siempre sobre él buscando sus hooks con decisión, replicando casi mano por mano las acciones de su rival. Esto quedó de manifiesto cuando en el cuarto episodio Cañizales sacudió ligeramente a su contrincante pero éste respondió de forma tan inmediata que fue el favorito el que terminó llevándose la peor parte.

Con el combate estando en esta situación tan interesante, Bermúdez impactó un cruzado diestro que estalló contra su oponente, que fue derribado por otro golpe diestro. En ocasiones es fácil preguntarse para qué existen las cuentas de protección si los árbitros las realizan sin prestar ninguna atención al estado del púgil, como en esta vez, en la que el tercer hombre a penas comprobó cómo estaba Cañizales, quien parecía claramente afectado y que se tambaleó al ser reposicionado. Aun así, el árbitro dejó que las acciones siguiesen y el visitante fue derribado por un nuevo puño justo después de la reanudación, si bien ahora sí acertó al decretar el final.

Algunos dirán que la captura de un título secundario WBA le dará nuevas oportunidades a Bermúdez, si bien lo que le ha hecho merecedor de ellas es lograr batir a un púgil valorado como un miembro de la élite del peso minimosca y que aspiraba a los máximos choques posibles en la división. Ante él Bermúdez no se dejó impresionar, aprovechó sus ocasiones y, dando muestras de fortaleza, resistencia y voluntad de definición, logró un triunfo que sin duda cambia el signo de su trayectoria de forma crucial.

Carmona derrotó a Preciado
No son pocos los que están calificando también como sorpresa la victoria unánime (doble 98-93 y 96-94) del exretador mundial mexicano David “Severo” Carmona 22(9KO)-6(3)-5 sobre el colombiano Belmar Preciado 21(14KO)-4(2)-1, aunque realmente el resultado era perfectamente viable y era posible considerar a Carmona como favorito en función de sus actuaciones ante rivales de la élite.

Sea como sea, apoyándose en una estrategia contragolpeadora, Carmona manejó bien el jab y su directo diestro para anotar las mejores manos ante un Preciado que tardó varios rounds en lograr ser eficaz con su presión y que cuando alcanzó la distancia corta no siempre fue superior al local en los intercambios. Asimismo, Carmona terminó por dejar tocado con un gancho a Preciado, quien finalmente se puedo recuperar y volvió a tomar la iniciativa pero que no pudo hacer lo suficiente como para decantar a los jueces ante la eficacia de su rival.

Así, Carmona consiguió el mayor triunfo que ha obtenido en la última media década, una victoria que le valdrá para volver a enfrentarse a púgiles con notables aspiraciones, en esta ocasión en la categoría del peso supergallo.