El exmonarca mundial Tony Harrison y Bryant Perrella empataron en duelo del peso superwélter

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Shrine Exposition Center, Los Ángeles, Estados Unidos. Peso superwélter.

Si se sitúan sobre el ring frente a frente dos púgiles inconsistentes durante un mismo combate e irregulares a lo largo de su trayectoria, perfectamente puede suceder lo que deparó el enfrentamiento entre el estadounidense, excampeón mundial del peso superwélter, Tony “Super Bad” Harrison 28(21KO)-3(3)-1 y su compatriota Bryant “Goodfella” Perrella 17(14KO)-3(2)-1, quienes dejaron una actuación con subidas y bajadas constantes que terminó en un empate.

Al igual que se pueden encontrar valoraciones de todo tipo respecto a esta contienda, los jueces no se pusieron nada de acuerdo con su veredicto dando puntuaciones dispares de 116-112 a favor de Harrison, de 117-111 a favor de Perrella (ambas cartulinas equivocadas) y un 114-114 mucho más acorde a lo sucedido.

En esta ocasión el irregular Harrison optó por arrancar tomando la iniciativa y buscando presionar a su oponente, decisión que le permitió conectar algunos puños claros pero que también le costó recibirlos. Y es que, aunque tenía la precisión y la destreza suficientes como para encontrar los huecos al ataque, impactando algunos claros directos y ganchos zurdos, el hecho es que Perrella, pese a su desplazamiento, tiraba con frecuencia series de rápidos pero poco contundentes rectos y ganchos al torso. En definitiva, era una pelea igualada, en la que ambos cometían aciertos y fallos y en la que los periodos de actividad se veían sucedidos por momentos en los que ninguno de los dos realizaba acciones relevantes.

Hacia la mitad de la pugna Perrella aprovechó que su adversario no tenía cadencia de ataque para intentar tomar la iniciativa, o al menos para situarse en el centro del ring, pero su eventual acierto con los directos se vio contestado por contragolpes que le impidieron presionar, consiguiendo Harrison con jabs y salteadas contras nítidas no alejarse demasiado en las acciones ante un adversario muy variable en su tesón ofensivo. Aun así, alcanzados los últimos episodios del choque Harrison cedió el centro del ring a su oponente y Perrella pudo apoyarse en una renovada determinación para, con más ritmo de ataque, superar por número de puños al excampeón, que una vez más no tuvo un buen final de pelea.

Dejando de lado las conversaciones sobre si uno u otro boxeador fue robado, el hecho es que ambos deberían preocuparse más por sus defectos que por un resultado que debería ser visto por los dos como un mal menor. Por un lado, Perrella mostró que sigue mejorando técnicamente, pero su manejo de los tiempos del combate es muy deficiente, faltándole sobre todo el conocimiento para repartir durante los rounds su trabajo de la manera adecuada para impresionar a los jueces. Por el otro, Harrison, que sí sabe competir en ese sentido, se dejó arrastrar de nuevo a una pelea demasiado igualada por su falta de frecuencia de golpeo y ritmo, teniendo cualidades para haber logrado un triunfo convincente si hubiese podido ser firme, aunque fuese momentáneamente, en sus ataques, que no eran malos pero sí escasísimos.

De todos modos, el resultado beneficia más a Perrella que a su adversario, puesto que no entrando como favorito a uno de los mayores enfrentamientos de su carrera (por no decir el mayor) logró estar a la altura, superando las expectativas y a ojos de muchos mereciendo incluso el triunfo, así que seguramente recibirá a continuación una buena oportunidad en el entramado de PBC. En cuanto a Harrison, después de su controvertido triunfo ante Charlo y de ser noqueado en la revancha, esta floja actuación (incluso si se piensa que ganó) sólo hará que certificar que está por debajo del nivel de la élite del peso superwélter a la vez que se evidencia que sus problemas de resistencia física y su dosificación para evitarla le llevan a ser verdaderamente vulnerable ante púgiles activos o con buena pegada.

Mielnicki derrotado, Juárez venció
En el fragmento de la velada televisado por FOX, el Harrison-Perrella fue acompañado por la victoria unánime (doble 99-91 y un 98-92) del peso wélter estadounidense Omar “Relámpago” Juárez 11(5KO)-0 sobre el argentino Elías “El Macho” Araujo 21(8KO)-3. A Araujo no le faltó tenacidad, acortando los espacios frecuentemente y atacando con numerosos curvos, pero Juárez tiró de destreza para neutralizar muchos de esos puños y para ofrecer hábil respuesta al contragolpe, dejando además detalles de calidad. Por ello, y sabiendo tomar la iniciativa y castigar con cautela cuando encontró la ocasión, Juárez logró una victoria convincente en su primer combate a diez asaltos.

En cambio, el jovencísimo peso wélter de 18 años Vito “White Magic” Mielnicki Jr. 8(5KO)-1 sufrió su primera derrota por decisión mayoritaria (79-73, 77-75 y 76-76) ante un James Martin 7(0KO)-2 que con ello podría dar un vuelco a su carrera si su equipo sabe conducirlo a continuación de la manera adecuada. Tanto cuando las acciones se mantuvieron en corta como cuando hubo más espacios, Martin se mostró sólido y competente, conectando astutos hooks y jabs que provocaron una hemorragia nasal a Mielnicki, que intentó remontar posteriormente a base de acometividad pero que sólo logró éxito parcial con sus hooks al torso, no haciendo lo suficiente como para truncar el triunfo de su oponente.