Imagen del combate entre Eduardo Hernández y Eduardo Garza

El joven Eduardo Hernández volvió a arrollar con su potencia en el evento Foster-Román

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Wild Card Boxing Club, Los Ángeles, Estados Unidos. Peso superpluma.

Si bien había sido anunciado como combate coestelar el choque entre William Zepeda y Eduardo Ramírez, el duelo que fue emitido justamente antes del combate entre O’Shaquie Foster y Miguel Román fue el rodaje que afrontó el noqueador mexicano del peso superpluma Eduardo “Rocky” Hernández 30(27KO)-1(1) ante el estadounidense Eduardo Garza 15(8KO)-3(1)-1, pugna vencida por el primero en solamente tres episodios.

Hernández se mostró, como siempre, altamente agresivo, recibiendo algún croché a la contra pero imponiendo su potencia con durísimos uppercuts y ganchos. La contundencia y claridad de alguno de estos puños podría haber hecho que instantáneamente se derrumbase la resistencia de muchos púgiles, pero ante el aplastante avance de su rival Garza se mostró valiente, aguantó e incluso intentó contestar en cruces, aprovechando también los momentos en que podía salir de las cuerdas y tratar de presionar contra ellas a su oponente.

De todos modos, en el tercer round Garza empezaba a tener en su rostro inflamaciones y nuevas andanadas de curvos hicieron que, pese a que intentó agarrarse, tocase la lona con su guante. El tercer hombre no estimó conveniente realizar cuenta, pero poco después de la reanudación un brutal gancho zurdo al torso (precedido por un directo) hizo que Garza quedase de rodillas en el tapiz y no pudiese responder a la cuenta del árbitro.

Tras ser valorado como una de las mayores promesas mundiales, la inesperada derrota padecida ante Roger Gutiérrez en julio de 2019 hizo que el avance de Hernández se llevase un duro varapalo. De todos modos, la reacción de muchos ante esta derrota pareció desproporcionada, borrando absurdamente a Hernández de cualquier aspiración importante en la división del peso superpluma a pesar de que este púgil sigue siendo un formidable noqueador, con buena selección de golpes y con sólo 22 años. Sea como sea, a Hernández todavía le queda trabajo para hacer si quiere disipar las dudas respecto a su potencial, pudiendo dar un paso importante en esta dirección cuando, quizás en la segunda mitad de 2021 después de alguna pelea de recuperación más, se mida a un boxeador del top 15 o a un nombre conocido por el gran público.