Saúl Canelo Álvarez

Canelo demanda a DAZN y a Golden Boy Promotions

Daniel Pi
@BastionBoxeo

¿Cuál es el peligro de hacer tratos con un boxeador que es capaz de superar cualquier límite para evitar los mayores riesgos? Que incluso es posible que se ponga en tu contra con tal de no tener que combatir en una pelea que suponga una amenaza. Esto es lo que le ha pasado a DAZN y a Golden Boy Promotions, que han recibido formalmente una demanda judicial por parte de Canelo Álvarez, que acusa a ambas partes de una brecha en el contrato, básicamente por negarse a dar el visto bueno a Avni Yildirim como rival y pedirle que se enfrentase a Callum Smith o Billy Joe Saunders. Por otra parte, Canelo pretendía que le pagasen 40 millones de dólares por su combate no realizado en septiembre, alegando que los adversarios propuestos por él (Tureano Johnson y Jason Quigley, entre otros) eran de clase mundial.

En la demanda, en la que pide compensaciones de 280 millones de dólares y poder hacer tratos con otras promotoras y emisoras, Canelo afirma que DAZN ha incumplido los términos del contrato al mantenerle fuera del ring, o dicho de otra manera, por no conseguirle combates durante 2020, pasando por alto el mexicano que la actividad mundial se ha parado. Asimismo, aunque en el contrato se especifica que los adversarios tienen que ser acordados por ambas partes, Canelo afirma que no dice en ningún sitio que tienen que ser determinados púgiles de élite y que DAZN no se puede negar de forma irracional a aceptar ciertos oponentes.

Evidentemente, aunque puede tener algo de razón en la parte en la que afirma que no se le pueden reducir las bolsas respecto a los mínimos garantizados, Canelo está padeciendo un delirio de grandeza más al que han contribuido todos los comentaristas y miembros de organismos arrastrados y serviles que durante años se han dedicado a hacerle reverencias y aplaudirle hiciese cuantas cosas ilícitas quisiese, pensando Álvarez que puede reclamar lo que se le antoje por injusta que sea su posición.

Con todo, si DAZN se comprometió a pagar, repartidamente, su 360 millones del contrato era a condición de que se enfrentase a rivales que diesen sentido a tal inversión, en especial a Golovkin, de modo que es casi imposible que se haya desembolsado tal cantidad de dinero sin haber puesto los adecuados seguros en el contrato para que Canelo no se los pudiese saltar. Por otro lado, si bien Golden Boy Promotions se lava las manos al afirmar que sólo se comprometió a pactar enfrentamientos que hiciesen historia y no a nombres en concreto, no pueden esperar que se aceptasen como capítulos dorados en el libro del boxeo peleas como el Canelo-Yildirim o el Canelo-Quigley. Por otra parte, la promotora no tiene responsabilidad sobre los púgiles que DAZN acepta como válidos, así que la base de esa parte de la demanda parece poco sólida.

Finalmente, aunque Canelo afirma también que no se le informó de que Golden Boy Promotions le había dado a DAZN derecho a decidir sobre sus oponentes, es de la lógica más elemental que al desembolsar una cantidad estratosférica se pasaría a tener cierto poder de elección y difícilmente el púgil puede afirmar desconocimiento cuando todas los aficionados lo sabían desde el primer día.

Sea como sea, Canelo, acostumbrado a ganar ingentes sumas por medirse a púgiles por debajo de la élite o sobrepasar los límites de lo lícito para lograr una ventaja sobre los boxeadores destacados a los que se enfrenta (recordemos que dio positivo en control antidopaje), ahora quiere que la compañía que se había comprometido a pagarle 360 millones de dólares, le de 280 millones por no pelear y por permitirle que salte a Premier Boxing Champions, donde poder volver a efectuar pagos por visión ante rivales a medida.

Veremos cómo se soluciona o avanza esta historia, pero la industria del boxeo tiene que darse cuenta de que si le das un cheque en blanco a un tramposo, tarde o temprano se paga el precio, y esta vez le ha tocado a DAZN.