Jessica McCaskill dio gran sorpresa y arrebató las cuatro coronas del peso wélter a la invicta Cecilia Braekhus

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Calles de la ciudad de Tulsa, Estados Unidos. Campeonato mundial femenino indiscutido del peso wélter WBA, WBC, WBO e IBF.

Dejando la sensación de que era el final de una era en el boxeo femenino, la titular indiscutida del peso wélter Cecilia Braekhus 36(9KO)-1, durante muchos años número 1 libra por libra, sufrió la pasada madrugada la primera derrota de su carrera al caer por decisión mayoritaria a manos de la campeona unificada del peso superligero Jessica McCaskill 9(3KO)-2, ahora nueva monarca indiscutida del peso wélter. Las puntuaciones fueron de razonable 97-94 y 97-93 y un 95-95 demasiado generoso con Braekhus.

La única opción de victoria de McCaskill era plantear una pelea física en corta con múltiples intercambios, y vaya si lo hizo. Reduciendo la distancia a cualquier precio, McCaskill lanzó golpes toscos y en cualquier trayectoria contra una Braekhus desbordada y que, en los numerosísimos clinches que se produjeron, recibió muchos golpes entre agarres sin dar equivalente respuesta. Es más, de la Braekhus del pasado, ágil y con precisión de francotiradora con sus directos desde la larga, no quedaba nada, sino que lenta, sin juego de piernas ni contragolpes recibió a su contrincante estática y sin utilizar los recursos adecuados, permitiendo que en el desorden más absoluto y con más fiereza que inteligencia, McCaskill tirase golpes como si este fuese la última oportunidad de su carrera.

Durante algunos instantes de la segunda mitad, con McCaskill resoplando, cansada, por su intensísima acometividad anterior, Braekhus amagó con usar su directo a la contra y en algunos cruces de golpes impactó buenos hooks pero, también mermada, no tardó en ser golpeada por la nube de caótica agresividad que su oponente creaba. Así, aunque el árbitro debió haber puesto orden en la pugna y no permitir que McCaskill se inclinase por debajo de la cinturilla de su rival o que saltase a veces directamente al agarre, en el que impactaba golpes en la nuca muchas veces, la retadora se hizo con la más importante victoria de su carrera.

Con ella, McCaskill no se sitúa como la número 1 del boxeo femenino, sino que más bien será vista por las principales exponentes como un objetivo ideal por su falta de técnica. Dicho de otro modo, seguramente a McCaskill le lleguen grandes ofertas a continuación por parte de boxeadores que saben que es una rival perfectamente batible y que posee cuatro cinturones y el prestigio de haber sido la primera en derrotar a Braekhus. Respecto a ésta, no está claro si querrá una revancha o si buscará otro camino, pero parece evidente que su mejor momento ha quedado muy atrás y que difícilmente conseguirá éxitos de relieve ante la nueva élite del pugilismo femenino.