Lucas Santamaría

El excampeón mundial Devon Alexander volvió a sufrir una derrota, esta vez contra Lucas Santamaría en el arranque del evento de PBC

Daniel Pi
@BastionBoxeo

The Armory, Minneapolis, Estados Unidos. Peso superwélter.

El enfrentamiento estelar Stanonis-Collazo terminó antes de hora y con una cuestionable detención, el semifondo Maestre-Fox fue un atroz robo y el enfrentamiento que abrió la cartelera de Premier Boxing Champions de este sábado resultó tedioso y deslucido y supuso la enésima floja actuación de un boxeador que no puede seguir en el boxeo activo. Este fue el estadounidense Devon Alexander 27(14KO)-7(1)-1 que, lejos de aquel púgil que se coronó por primera vez hace más de una década, fue vencido de forma unánime por su joven compatriota Lucas Santamaría 12(7KO)-2-1, quien no tuvo que hacer demasiado para imponerse. Las puntuaciones fueron de doble 98-92 y un 97-93.

A pesar de que anteriormente logró su mayor victoria con una actuación agresiva y de que llegaba de una importante derrota intentando pelear de manera técnica, Santamaría volvió a plantear el combate sin iniciativa, expectante y sin ofrecer a penas puños. De ese modo, aunque el favorito llegaba con alguna contra y aunque Alexander no es ya ni una sombra de su pasada mejor versión, los asaltos iniciales fueron igualados por el mero hecho de que no habían suficientes puños de ninguno de los dos y por que las manos claras de Santamaría eran tan aisladas que podían perderse entre los ralentizados pero voluntariosos esfuerzos de Alexander.

En cualquier caso, el excampeón ha perdido gran parte de su velocidad y de su resistencia, dando signos tempranos de cansancio, por lo que, aunque era una pelea de bajo ritmo, pronto a duras penas podía llegar con sus manos persiguiendo a Santamaría. Por ello, y sin que el joven púgil quisiese aprovechar el mal estado físico de su rival para pasar al ataque y dar un golpe en la mesa, el encuentro transcurrió monótono y sin interés durante asaltos, siendo el combate en cierto modo frustrante de ver. Y es que Alexander quería pero no podía y Santamaría podía pero no quería…

En base a su mayor rapidez, Santamaría llegó con algún recto al ataque o con ciertos ganchos y uppercuts a la contra para ir anotándose los episodios, pero su trabajo no era ni mucho menos espectacular, solvente o convincente, habiendo episodios que un Alexander al borde del retiro los igualaba un tanto con algunos jabs y nada explosivas combinaciones. Pese a ello, cuando el exmonarca intentó ir más allá e intensificar sus ataques, Santamaría se impuso claramente en los cruces de golpes y pudo reanudar su tibio desplazamiento habiendo reafirmado su ventaja.

El punto positivo de la floja velada de PBC fue que hubieron muchas opiniones unánimes entre los aficionados y analistas, algo que no es fácil. Y es que hay consenso en que Collazo había exagerado los daños padecidos por el choque de cabezas, en que a Mykal Fox le robaron su combate ante Maestre y en cuanto a que Alexander necesita poner fin a su carrera. La posibilidad de ingresar algunos cheques motiva a muchos boxeadores a seguir en activo incluso aunque estén en mal estado, pero en los últimos ocho años Alexander sólo ha ganado tres combates y ya no puede vencer ni siquiera a un púgil con limitada experiencia. Por ello, sólo se arriesga a recibir daños que no compensan de ningún modo los ingresos que pueda extraer, entre otras cosas porque el dinero sólo es útil si se puede disfrutar teniendo buena salud y no pagando facturas médicas que son consecuencia de los problemas padecidos al intentar ganarlo.

Respecto a Santamaría, éste sólo tiene 23 años y una quincena de pugnas profesionales, de modo que añadiendo a su récord el nombre de un excampeón (esto los promotores lo rentabilizan aunque el exmonarca esté en horas muy bajas) y habiéndose revalorizado su anterior triunfo contra pronóstico ante Mykal Fox, le esperan buenas oportunidades en adelante. Con todo, su insistencia a combatir con bajo ritmo y sin iniciativa sin ser el estilo que mejor se adapta a él ya le costó una derrota ante Paul Kroll y no debería sorprender que, si sigue empeñado en avanzar contra corriente en cuanto a su boxeo, pueda volver a ser derrotado en una pugna decisiva.