Emanuel Navarrete conecta el uppercut de izquierda del primer knockdown ante Christopher Díaz

“El Vaquero” Navarrete derribó cuatro veces a “Pitufo” Díaz y le venció por KOT en el duodécimo round

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Silver Spurs Arena, Kissimmee, Estados Unidos. Campeonato mundial WBO del peso pluma. Primera puesta en juego del titular Navarrete.

Teniendo la habilidad para poner a prueba al mexicano Emanuel “El Vaquero” Navarrete 33(28KO)-1 y llegando de una excelente actuación de boxeo técnico, el retador puertorriqueño Christopher “Pitufo” Díaz 26(16KO)-3(1) prefirió ser uno más de los boxeadores de gran destreza que, en un combate trascendental ante un pegador, renuncian a sus ventajas para afrontar una pelea con cruces de golpes y elevado desgaste físico. De ese modo, aunque Díaz tuvo buenos momentos gracias a su encomiable tenacidad, la contundencia del campeón le fue superando en la mayoría de los asaltos y le fue mermando hasta que terminó duramente castigado, cuatro veces derribado y derrotado en el último round por KOT.

Uno de los aspectos clave del enfrentamiento era si Díaz iba a poder evitar estar en la zona de golpeo de Navarrete de forma frecuente, quedando pronto claro que no iba a poder lograrlo. Y es que Navarrete parecía más ágil de pies que en otras ocasiones y sus heterodoxos ataques con curvos abiertos entraban veloces y alcanzaban a su retador que, permaneciendo en la distancia media a menudo, cuanto menos se veía obligado a bloquear. Por otra parte, el boxeo oscilante de Navarrete, al quien le gusta muchas veces interrumpir sus ataques para dejar calmadas cesiones de la iniciativa, jugó a favor del monarca en esta ocasión, ya que Díaz, en lugar de apoyarse en su rapidez para intentar atacar con cautela y movilidad, se lanzó a ofensivas demasiado profundas que le exponían a los poderosos curvos del monarca.

Después de que en el primer cuarto el éxito del puertorriqueño fuese muy limitado a pesar de haberse expuesto más de lo que le convenía, Díaz intentó apoyarse en su boxeo dinámico y al contragolpe, por lo que hizo fallar más a su adversario y llegó con alguna contra. Pero entonces, en el cuarto round, Navarrete realizó una arremetida en la que amagó con una derecha e impactó un inesperado uppercut zurdo que arrojó al tapiz al aspirante. Esto no sólo resultaba negativo por el posible efecto de la caída, sino que además ayudó a que un “Pitufo” demasiado agresivo dudase del planteamiento móvil que más podía incomodar al campeón.

Así, el puertorriqueño volvió a intentar tomar la iniciativa en el quinto asalto, cruzando golpes con el pegador, escenario en el que conectó manos por velocidad y destreza pero en el que fue también blanco de los fortísimos hooks de Navarrete. “El Vaquero” incluso se permitió hacerse algo de espacio para poder llegar con golpes con más recorrido, por lo que Díaz estaba metiéndose él mismo en aguas cada vez más profundas. Aun así, Díaz tenía tanta ambición y tenacidad que siguió atacando e incluso conectó alguna buena combinación antes de que en el séptimo asalto perdiese un punto por reiteración en los golpes en la espalda de su oponente.

Pese a este revés en las puntuaciones, Díaz siguió teniendo sus momentos de claro acierto con hooks en la media-corta, pero en el octavo round una combinación de uppercut de derecha, gancho de izquierda abajo, uppercut de izquierda y croché diestro le derribó, sufriendo otro knockdown poco después de la reanudación por una serie de hooks al hígado y crochés a la cabeza. Con todo, y aunque tenía el rostro inflamado, Díaz no renunció a su equivocada decisión de sostener ofensivas, conectando precisas manos, a veces incluso con su rival de espaldas a las cuerdas, pero arriesgándose hasta el punto de que, alcanzado ya el duodécimo asalto y estando volcado al ataque, recibió andanadas de curvos que hicieron que su cuerpo no soportase más el castigo y cayese al tapiz roto en el último round. Díaz, con un enorme coraje, se levantó, pero su esquina detuvo la pelea acertadamente, ya que por llegar a una derrota por decisión no valía la pena poner en riesgo su carrera.

Una de las virtudes del boxeo de Navarrete es la capacidad de, a través de su heterodoxia, arrastrar a sus oponentes a planteamientos cambiantes y a situaciones de peligro, algo que Díaz pudo comprobar por sí mismo. De todos modos, no se puede obviar el hecho de que “Pitufo” estuvo demasiado centrado en intentar guerrear con uno de los mayores pegadores de las categorías por debajo del peso ligero, algo que dijo mucho de su valentía pero poco de su cautela.

Por otro lado, aunque se llevó la peor parte intercambiando con su oponente y no nos permitió ver cómo se habría manejado Navarrete en una pelea en la que tuviese que presionar a un muy móvil objetivo, inesperadamente Díaz mostró que en la división del peso pluma el mexicano pude llegar a ser vulnerable bajo fuego, ya que el retador, sin ser un gran pegador ni un especialista en corta, impactó nítidas combinaciones ante las que el campeón se vio momentáneamente sobrepasado y no ofreció la adecuada respuesta.

Sea como sea, un día más Navarrete pudo imponer su pegada para anotarse múltiples caídas y salir con el brazo en alto y con una nueva victoria antes del límite, quedando a la espera de nuevos retos, que en el último cuarto del año, quizás después de más peleas de consolidación en su reinado, le podrían deparar una difícil defensa obligatoria ante Joet González.