Vic Pasillas logró gran triunfo sobre el invicto Encarnación, Maidel Sando no lució contra Pllana

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Microsoft Theater, Los Ángeles, Estados Unidos.

En el respaldo del Bravo-Gallegos se produjeron otros dos combates más, uno de los cuales dejó la mayor victoria de la carrera del peso pluma estadounidense Vic Pasillas 16(9KO)-0, que ofreció una espléndida actuación para dominar y vencer antes del límite al imbatido dominicano Ranfis Encarnación 17(13KO)-1(1), púgil de buena carrera amateur y con proyección.

En todo momento, la rapidez, eficacia y contundencia del zurdo Pasillas fueron demasiado para su adversario, al que alcanzó con nítidos directos de izquierda al ataque o a la contra, con fugaces rectos enlazados con croché y con combinaciones con variación de altura. Además, Pasillas mostró gran destreza defensiva con el control de los espacios o con plásticas esquivas de cintura. Por todo ello, el local neutralizó a Encarnación que, pese a conectar salteados directos, fue sacudido repetidas veces por las manos de poder de su contrincante hasta que quedó seriamente tocado al final del quinto round por una serie de directos y crochés. Así, aunque alcanzó el sexto episodio, nuevos rectos y ganchos abajo volvieron a dañar a Encarnación, que tras recibir una fuerte andanada cayó a la lona, deteniéndose el combate acertadamente a pesar de que se alzó con valentía y esfuerzo.

Con ello, Pasillas se ganó una importante pelea a continuación en una velada de PBC, habiendo mostrado el nivel para encarar con posibilidades de éxito retos muy ambiciosos.

En el restante encuentro de la velada de la pasada noche organizada por PBC el peso supermedio cubano Maidel Sando 10(7KO)-0 logró una muy deslucida victoria unánime sobre el albano-kosovar Genc Pllana 8(4KO)-2-1 con puntuaciones extremadamente sesgadas de 80-72 (de nuevo, una atroz puntuación del juez Alejandro Rochin), 79-73 y 78-74.

El heterodoxo estilo de Pllana generó evidentes dificultades a Sando, que se encontró con el jab de su adversario y con combinaciones nada ordenadas de mal ejecutados curvos. Sin embargo, aunque no gustase el boxeo de Pllana, éste anotaba golpes y frenaba el despliegue de un Sando que evidenció falta de recursos y mala capacidad de adaptación. Con el paso de los rounds, Sando encontró más el camino a su propio jab y a directos claros que, pese a ser los mejores golpes de los rounds, eran escasísimos y se perdían entre los jabs de un Pllana correoso y que con sus poco convencionales acciones hacía fallar al imbatido más manos de lo que podía parecer. De hecho, el conteo computeriado dio un similar número de golpes anotados por ambos al final de la contienda.

Es justo afirmar que el estilo de Pllana no permitió lucir a un púgil más ordenado como Sando, pero si éste (que debutó tarde en el boxeo profesional) tuvo tantas dificultades tácticas para lidiar con un simple jab y acciones poco habituales, es complicado ser optimista respecto a cuáles podrían ser sus resultados a largo plazo en el entramado de PBC, que tiene muchos peso supermedio de gran nivel tanto en fase de desarrollo como en la cima de la categoría.