Saúl Álvarez

“Canelo” Álvarez venció clarísimamente tercer combate contra una sombra de lo que fue Golovkin

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Daniel Pi
@BastionBoxeo

T-Mobile Arena, Las Vegas, Estados Unidos. Campeonato mundial por el título indiscutido del peso supermedio. En juego los cinturones unificados WBA, WBC, IBF y WBO.

Hay una frase que dice, “si te engaño una vez es culpa mía, si te engaño dos veces es culpa tuya”. Pues bien, el kazajo Gennadiy Golovkin 42(37KO)-2-1 no cayó sólo dos veces en la trampa organizada por Canelo y la élite de la industria boxística sino que cayó tres veces, lo que dice mucho de su ingenuidad.

Después de sufrir un empate muy controvertido en el primer duelo y de que su oponente ganase con mucha polémica el segundo combate (además tras un positivo en control antidopaje), tristemente Golovkin, por ambición o por una pésima interpretación de su rendimiento, se dejó arrastrar a una tercera pelea contra Saúl “Canelo” Álvarez 58(39KO)-2-2 demasiado tardía y cuando su nivel ya no es ni una sombra del que fue. Así, Golovkin sufrió una clarísima derrota que será utilizada por los propagandistas para afirmar que “realmente Canelo siempre fue superior”.

Como broma final de los jueces en la trilogía, en este combate en el que Golovkin ganó muy pocos rounds, las cartulinas estuvieron muy ajustadas, dando doble 115-113 y un 116-112, lo que lejos de mostrar imparcialidad demuestra más claramente que las puntuaciones estaban escritas antes del combate.

Situados en el centro del ring, en el primer round Golovkin usó su jab repetidamente mientras Canelo medía, y fallaba, sus golpes de poder intentando buscar cumplir el que señaló como único objetivo antes del combate: anotarse un knockout. Al comienzo los desplazamientos del kazajo combinados con sus jabs le permitieron llegar con manos tenues y evitar los imprecisos puños de su oponente, pero posteriormente Álvarez empezó a impactar manos nítidas aisladas en gancho zurdo y directo diestro, e incluso su jab igualó o superó al de Golovkin.

El excampeón comenzó a replegarse, aunque sin velocidad de piernas fue golpeado por abiertos curvos que ya no podía evitar, así que sólo su experiencia y su fortaleza innata le permitieron evitar situaciones de grave peligro e intentar mantener el orden. Es verdad también que Canelo no se decidía a apretar el acelerador del todo, algo sorprendente teniendo frente a sí a un boxeador que debería estar ya retirado, pero con sus ganchos al torso y sus cruzados con paso sacudía la cabeza de su oponente y ganaba rounds de forma consecutiva.

Viendo que el mexicano tampoco hacía mucho para superarle, en el último tramo Golovkin intentó presionar un poco y llegó con algunos directos, pero estos no tenían potencia alguna (era demasiado lento como para parar sus pies antes de golpear) y Canelo siguió llegando con manos más significativas, incluso cuando ambos cruzaron golpes en corta. De hecho, Álvarez se detuvo y bloqueó aparentemente buscando un hueco para un contragolpe decisivo que no encontró. Finalmente, después de unos cruces de golpes en la distancia corta sin consecuencias importantes, este combate olvidable terminó.

Tras lo visto sobre el ring es inevitable preguntarse cómo es posible que expertos “prestigiosos” y que cuentan con grandes plataformas e incluso huecos en la televisión pudiesen afirmar antes del combate cosas tan bochornosas como que el duelo iba a ser muy igualado, que no se sabía quién iba a ganar o que tras la derrota ante Bivol era una incógnita si Canelo iba a poder vencer a Golovkin. Es decir, o alguien les paga para que hagan propaganda, digan tonterías o confundan a la gente, o simplemente no deberían ser llamados expertos.

Por otro lado, Golovkin ahora que ha conseguido la última gran bolsa que quería a cambio de dejarse tratar como un saco de boxeo para cumplir los intereses de la cúpula de la industria, debería retirarse y contentarse con pensar que si su carrera no ha sido más extraordinaria ha sido debido a que una generación de la cumbre del peso medio le evitó, necesitándose recurrir a la corrupción para que le venciese un supuesto “grande de todos los tiempos”.

Respecto a Canelo, el circo que ha sido buena parte de su carrera con su selección de rivales a medida y sus victorias muy extrañas ha alcanzado un nuevo hito del que debería sentir vergüenza, aunque en un futuro no tan lejano será él el boxeador veterano que será usado como trampolín por una nueva estrella.


Saúl Álvarez

“Canelo” Álvarez clearly won the third fight against a shadow of what Golovkin was

Daniel Pi
@BastionBoxing

T-Mobile Arena, Las Vegas, USA. World championship for the undisputed super middleweight title. At stake, the unified WBA, WBC, IBF and WBO belts.

There is a saying that goes, «fool me once, shame on you; fool me twice, shame on me». Well, the Kazakh Gennadiy Golovkin 42(37KO)-2-1 did not fall just twice into the trap organized by Canelo and the elite of the boxing industry, but he fell three times, which says a lot about his ingenuity.

After suffering a very controversial draw in the first duel and after his opponent won the second bout with much controversy (and after a positive doping test), Golovkin sadly, due to ambition or a bad interpretation of his current level, allowed himself to be dragged into a third fight against Saúl “Canelo” Álvarez 58(39KO)-2-2 too late and when his performance is no longer even a shadow of what it was. Thus, Golovkin suffered a very clear defeat that will be used by propagandists to affirm that «Canelo really was always superior to Golovkin.»

As a final joke of the judges in the trilogy, in this fight in which Golovkin won very few rounds, the scorecards were very close, giving a double 115-113 and one 116-112, which far from showing impartiality more clearly demonstrates that the scores were written before the bout event started.

Standing in the center of the ring, in the first round Golovkin used his jab repeatedly as Canelo measured, and missed, his power shots in an attempt to fulfill what he stated as his only goal before the fight: to score a knockout. At first, the Kazakh’s movements combined with his jabs allowed him to land weak hands and avoid his opponent’s imprecise punches, but later Álvarez began to connect isolated sharp punches in left hook and right overhand, and even his jab equaled or surpassed that of Golovkin.

The former champion began to step backwards, although without leg speed he was hit by overhands that he could no longer avoid, so only his experience and his innate strength kept him away from dangerous situations and allowed him to try to maintain order. It is also true that Canelo did not decide to offer hard pressure, something surprising taking into account that he was facing a boxer who should have already retired. But with his hooks to the body and his overhands, he shook his opponent’s head and won rounds consecutively.

Seeing that the Mexican wasn’t doing much to defeat him, in the last strecht Golovkin eventually tried to attack and landed some straight shots, but they had no power at all (he was too slow to stop his feet before hitting) and Canelo continued connecting more significant hands, even when both exchanged at short range. In fact, Álvarez stopped his movement and blocked apparently looking for an opening for a decisive counterpunch that he did not find. Finally, after some inconsequential battling at close distance, this forgettable fight ended.

After what was seen in the ring, it is inevitable to wonder how it is possible that «prestigious» experts who work for important media could say such embarrassing things before the fight as that the duel was going to be very even, that it was not possible to predict who was going to win or that after the defeat against Bivol it was a big question if Canelo was going to be able to beat Golovkin. In other words, they’re being paid by someone to propagandize, tell nonsense, or confuse people, or they simply shouldn’t be called experts.

On the other hand, Golovkin, now that he has gotten the last big purse he wanted in exchange for allowing himself to be treated like a punching bag to serve the interests of the elite of the industry, he should retire and be content to think that if his career has not been more extraordinary has been due to the fact that a generation of the middleweight elite avoided him, and it was necessary to resort to corruption for a supossed “all time great” to defeat him.

As for Canelo, the circus that has been a good part of his career with his selection of tailor-made opponents and his very strange victories has reached a new milestone that he should be ashamed of, although in the not so distant future he will be the veteran boxer that will be used as a springboard for a new star.