Ted Cheeseman regresó a la senda del triunfo en durísima batalla con Eggington

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Sede central de Matchroom Boxing, Brentwood, Reino Unido. Peso superwélter.

Los británicos Ted Cheeseman 16(9KO)-2-1 y Sam Eggington 28(17KO)-7(2) se jugaban mucho en el combate estelar de la primera velada de la serie Fight Camp de la promotora Matchroom Boxing, necesitando ambos con urgencia una victoria destacable y, sobre todo, alejarse de las derrotas decisivas. Sin embargo, lógicamente, sólo uno de ellos logró dichos objetivos, siendo éste Cheeseman, que derrotó a Eggington por decisión unánime en una durísima guerra que dejó momentos realmente emocionantes. Las cartulinas fueron de 115-114 y doble 116-113.

Conscientes de lo que se jugaban, los dos combatientes pusieron de manifiesto su voluntad ofensiva desde el primer round, anotando manos claras, aunque este planteamiento con encontronazos aparentemente beneficiaba a un Eggington con menos boxeo y que se muestra más cómodo en los intercambios. Así, “Savage” llegó con algunos buenos hooks y enrojeció rápidamente el rostro de su rival, si bien Cheeseman sacó un derechazo (precedido por gancho zurdo) a la contra en el segundo episodio que dobló las piernas de Eggington y casi lo lleva a la lona.

En el tercer asalto Eggington estaba recuperado ya, pero igualmente Cheeseman aprovechó las limitadas cualidades defensivas de su oponente para llegarle con claras derechas y ganchos a pesar de la fuerte respuesta que eventualmente encontró. Y es que Eggington, en cuanto su oponente se detenía en la distancia media-corta y no lanzaba una ofensiva, tiraba hooks y uno-dos poderosos que continuaron manteniendo disputado el choque.

No obstante, aunque repetidamente Cheeseman asumía riesgos innecesarios y oscilaba demasiado tácticamente, por lo general, a causa de su mejor técnica y de su mayor astucia, hasta este punto era él quien se llevaba la mejor parte, algo que se ilustra por ejemplo con un derechazo en el quinto round que sacudió a su adversario. Aun así, esos momentos de eficacia se veían un tanto empañados por su tendencia a reducir demasiado la distancia y permitir que Eggington impactase nítidos crochés zurdos en los intervalos entre ataques.

Asimismo, aunque en el séptimo episodio Cheeseman trató de usar más su jab y de evitar tantos cruces, estaba un tanto desgastado y ya no podía usar su mejor técnica para eludir los hooks enlazados de un Eggington que le recibía a la contra con renovadas fuerzas. En el octavo round se produjeron continuos y espectaculares intercambios, siendo estremecido una vez Eggington aunque conectó más puños ante un Cheeseman que volvió a confiar de más en su encaje y cuyas manos se habían ralentizado. De hecho, en el noveno round Eggington impactó todavía más golpes de poder curvos, pareciendo incluso que Cheeseman amagó con ceder.

Apoyándose más en sus rectos desde la distancia larga y media, Cheeseman volvió a recuperar efectividad en el décimo asalto, anotándose un episodio crucial en las tarjetas, pero de nuevo aceptó cruces de golpes innecesarios en el undécimo episodio, llegando a ser sacudido por los curvos de Eggington. Finalmente, la interesantísima y muy exigente pugna ofreció un último épico round en el que Eggington dañó a su adversario con andanadas de hooks antes de que Cheeseman lo dejase tocado con un contragolpe y lanzase una peligrosa ofensiva.

Como siempre que se produce un cruce de caminos de estas características, el derrotado Eggington queda en una posición comprometida pese a su juventud, puesto que con el paso del tiempo y el aumento de peso su rendimiento ha decrecido. De todos modos, al haber ofrecido una pelea tan espectacular, no deberían dejar de llegarle buenas oportunidades de su promotor, que sabe que hay un sector del público británico que aprecia mucho sus combates. Por su parte, Cheeseman logra el trascendental triunfo que le devuelve a la senda del triunfo y que seguramente le posicionará en el top 15 IBF. Sin embargo, de nuevo mostró problemas en la gestión estratégica, combatiendo vez tras vez en el terreno que más ayudaba a su contrincante, mientras que su defensa por momentos fue extremadamente permeable, por lo que los peso superwélter del nivel del top 15 podrían ser un reto demasiado grande para él.