Oleksandr Usyk

Oleksandr Usyk se consolidó como figura histórica y futuro miembro del Salón de la Fama con fantástica actuación ante Joshua

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Tottenham Hotspur Stadium, Londres, Reino Unido. Campeonato mundial unificado WBA, WBO e IBF del peso pesado. Segunda puesta en juego de sus cinturones unificados del segundo reinado de Joshua.

Cuando Oleksandr Usyk 19(13KO)-0 era un prospecto del peso crucero que había dejado actuaciones maravillosas hubo combates en los que algunos rivales le dieron algo de trabajo en el boxeo en corta, precipitándose algunos para decir entonces que no llegaría a ser campeón mundial. Sin embargo, a la hora de la verdad dominó su combate contra un Glowacki entonces invicto para coronarse campeón del peso crucero. De nuevo, tras defensas trabajadas surgieron quienes consideraron que no llegaría muy lejos o que no conseguiría la corona indiscutida en el torneo World Boxing Super Series ante el temible pegador Gassiev, pero Usyk les demostró que se equivocaban otra vez con un recital de boxeo dinámico que le sirvió para aunar las cuatro coronas.

Posteriormente, cuando anunció su ascenso al peso pesado muchos dijeron que era imposible que se coronase, que no era Holyfield y que sería aplastado por los gigantes de la división, críticas que se volvieron realmente duras tras una pelea exigente ante un Chisora que presentaba un estilo complejo para él. Así, muchos estaban seguros de que Joshua iba a noquear a Usyk, si bien éste volvió a subir el listón en la noche más importante de su carrera para demostrar una vez más que se equivocaban los que le han infravalorado. Y es que Usyk ante un repleto estadio británico diseccionó al campeón mundial unificado Anthony Joshua 24(22KO)-2(1) y le dejó cerca del KOT al final para proclamarse monarca mundial del peso pesado y demostrar que es un talento histórico. La victoria de Usyk llegó por mericidísima decisión unánime y cartulinas de justo 117-112, de 116-112 y de 115-113 demasiado generoso con el local.

El ucraniano sabía que no debía dejarse encerrar en el comienzo, de modo que aguantó el centro del ring y se mostró activo de piernas para colocar algún jab y, sobre todo, sacar algunos directos de izquierda nítidos durante los tanteos del primer round. Además, Usyk cambiaba la dirección del giro, trazaba diagonales hacia la izquierda de su rival y ofrecía buenas esquivas dinámicas o de cintura. De ese modo, empezó a quedar claro que Joshua no es que necesitase los primeros minutos para adaptarse a su rival, sino que estaba emplazado a una noche muy larga y difícil por la habilidad y el manejo táctico del retador, que en el segundo asalto varió su izquierda recta arriba y abajo pese a que “AJ” trataba de aumentar la actividad de sus manos.

En el tercer asalto llegaron los primeros apuros serios para Joshua, que fue estremecido por un zurdazo que le aflojó las piernas. Esto no hizo que el británico quedase físicamente mermado, pero sí pudo restarle valiosa confianza, estando todavía más afilado y constante con su jab Usyk en el cuarto asalto ante un Joshua que dudaba y que se veía sobrepasado por la variedad de acometidas de su adversario. Era evidente que el campeón sentía que la pelea se le estaba poniendo muy cuesta arriba, sacando más derechas en el quinto asalto buscando una mano decisiva, pero las entradas y salidas de Usyk, sus diagonales, sus cambios en la dirección del giro, sus perfectas transiciones del peso de una pierna a otra y sus jabs, cruzados diestros y directos zurdos estaban tejiendo una red que envolvía y atrapaba a Joshua.

No fue hasta el sexto round cuando Joshua impactó una fortísima y nítida derecha recta, pero Usyk la soportó sin problemas, continuó trabajando y para el séptimo asalto sorprendió con un croché zurdo a su oponente, al que también golpeó con directos en trayectorias poco convencionales e incluso le movió ayudado por un tropezón. Quizás en el octavo asalto Joshua tuvo más acierto que en otros rounds anteriores con algunos curvos al torso, aunque estos momentos de éxito resultaron puntuales en contraste con el consistente boxeo de Usyk, que siempre estaba activo, que daba problemas con su jab y con sus izquierdas y que sacaba más frecuentes breves combinaciones.

De hecho, ni siquiera un corte en torno a su ojo derecho distrajo a Usyk o lo sacó de su boxeo, sino que siguió efectuando buenas esquivas en el décimo round e inflamó seriamente el ojo derecho de Joshua, quien en el undécimo asalto volvió a ser sacudido por los zurdazos del aspirante y que en el duodécimo terminó dañado y casi vapuleado en las cuerdas por una serie del ucraniano.

El combate trazó la línea entre quién es un boxeador con cualidades y con un brutal apoyo mediático, político-social y promocional, o sea Joshua, y quién es un boxeador especial o, si se prefiere, un grande, siendo este último un Usyk que desde su primer mundial ha peleado siempre como visitante y que en sus mayores retos ha desdibujado a los oponentes más difíciles posibles en su división. Por lo general poseer una corona indiscutida ya garantiza la entrada en el Salón de la Fama, pero si a ello se suma proclamarse monarca en una segunda división y tener cintos unificados en el peso pesado, esto es ya el sello definitivo para certificar su inclusión.

Además, no se debe perder de vista que el triunfo del sábado lo logró entrando por detrás en las apuestas, otra vez como visitante y ante un hábil boxeador de mayores dimensiones y que ofreció lo mejor que tenía. Y es que en esta ocasión Joshua no puede alegar que sus energías se derrumbasen a la mitad o que fue sorprendido por una mano aislada, sino que desplegó su mejor boxeo y fue víctima de la completa superioridad de un púgil que está a un nivel por encima de él en destreza.

Evidentemente, habiendo poseído los cuatro cinturones mundiales del peso crucero y teniendo ahora tres del peso pesado, el próximo objetivo de Usyk es buscar una unificación absoluta de la categoría del peso máximo ante el ganador del Fury-Wilder III que tendrá lugar en un par de semanas. No obstante desde Matchroom Boxing ya se está hablando del deseo de Joshua de hacer valer inmediatamente la cláusula de revancha que tenía el contrato de este enfrentamiento.