Stephen Fulton

Brandon Figueroa lanzó más de 1.000 puños en brutal guerra de unificación contra Fulton, pero los jueces no le dieron la victoria

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Park Theater, Las Vegas, Estados Unidos. Unificación de los cinturones mundiales WBC y WBO del peso supergallo.

Los estadounidenses Brandon “Heartbreaker” Figueroa 22(17KO)-1-1 y Stephen “Cool Boy Steph” Fulton 20(8KO)-0 no defraudaron ni un ápice, aplicándose a fondo en una brutal guerra de desgaste que se prolongó doce asaltos. Tras ellos, la mayoría pensaba que Figueroa, que lanzó 1.060 puños, iba a salir con el brazo en alto por su increíble ritmo combativo, pero los jueces le dieron la victoria a Fulton. Aunque se pueden encontrar muchas cartulinas extraoficiales de 115-113 para Figueroa o de 114-114, dos de los jueces dieron la victoria a Fulton con unas tarjetas asombrosas de 116-112, dando el restante 114-114.

Como la pelea tenía una enorme repercusión para sus carreras, como el zurdo Figueroa trató de acortar los espacios a toda costa y como Fulton intentó hacerse respetar con ofensivas precipitadas, el choque se desordenó bastante al comienzo. Y es que entre las entradas con la cabeza por delante de Figueroa, los clinches de Fulton y las repentinas oscilaciones de los espacios, era inevitable que no se embarrasen algo las acciones. Aun así, empezaron a destacar la precisión a la contra de Fulton y la intensidad combativa y el manejo de los hooks en corta de Figueroa, que en el segundo round pareció dañar un tanto a su contrincante presionándolo con andanadas.

En el tercer asalto Fulton intentó recuperarse con algunas ofensivas, pero de nuevo la cadencia de Figueroa fue enorme, recibiendo su oponente numerosos ganchos contra las cuerdas. Pese a ello, en el cuarto la eficacia al contragolpe y la destreza de “Cool Boy Steph” se pusieron de manifiesto, impactando nítidos hooks y uppercuts contra un oponente que descuidaba mucho su defensa. En definitiva, era un choque muy igualado que había terminado desembocando en una guerra de intercambios en la que muchas veces era realmente poco lo que separaba a los combatientes.

Este tipo de enfrentamiento era teóricamente el que más beneficiaba a Figueroa, que en el sexto asalto por momentos desbordó con su cadencia de puños. Gracias a su extraordinaria resistencia al cansancio, Fulton se mantenía en la pelea y ofrecía respuesta de calidad, pero el ritmo de “Heartbreaker” era casi inaguantable y en el octavo asalto Fulton quedó cerrado y sin respuesta, pareciendo que iba a sucumbir. De todos modos, no se vio quebrado, sino que pese a su inferioridad momentánea continuó replicando lleno de coraje en descarnados cruces de golpes, incluso aunque en el décimo episodio quedó tocado por el castigo acumulado y se vio obligado a retroceder hostigado.

No obstante, Fulton aguantó hasta el final tratando de ofrecer batalla y sacando una muy notable cantidad de puños, gran volumen de trabajo que incluso fue sobrepasado por el de Figueroa, que hasta la conclusión siguió tirando curvos sin descanso para intentar asegurase la victoria.

No sería justo decir que Fulton se quedó corto, dado que hay muy pocos boxeadores en la división que podrían haber aguantado tal presión y tal cantidad de intercambios sin derrumbarse, y de hecho mantuvo el combate muy disputado, pudiendo llegar a ser en un extremo incluso justificable su triunfo por la mínima. Pero sin duda Figueroa mereció más que perder su corona con dos jueces dándole sólo cuatro rounds.

Se dirá que el choque había estado muy contendido y que podría haber ido para uno o para otro, o se tratará de consolar a Figueroa diciéndole que dejó una excelente actuación y que con su juventud le llegarán nuevas oportunidades. Pero el hecho es que ahora se queda sin títulos mundiales y un púgil al que dejó tocado en varias ocasiones, contra el que conectó más puños según el conteo computerizado y al que por instantes abrumó sale con dos coronas mundiales y apuntando a una pugna por la corona indiscutida a la vez que muchos sienten que hubo algo extraño en las puntuaciones. Así, aunque en este duelo se cumplió eso de que cuando los mejores se enfrentan se crean excelentes combates, no necesariamente se cumplió aquello de “que gane el mejor”.