Kid Galahad

Kid Galahad se proclamó campeón mundial IBF del peso pluma con victoria sobre James Dickens

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Sede central de Matchroom Boxing, Brentwood, Reino Unido. Campeonato mundial por el vacante cinturón IBF del peso pluma.

No son pocos los que creen que los dopados en el boxeo deberían tener vetada la participación para siempre, siendo esto debido, más allá del riesgo evidente que suponen, a que casi siempre reinciden. Pero pese a lo que pueda ser justo, lógico o necesario el británico-yemení, en su día positivo en test dopaje antidopaje por stanozolol, Kid Galahad 28(17KO)-1 recibió este sábado su segunda oportunidad mundialista sin que nadie ni siquiera quisiese hacer mención o recordar las páginas oscuras de su carrera. Sea como sea, Galahad, entrenado por un Dominic Ingle que ha recibido acusaciones de dopar a sus púgiles, se apoyó en una grandísima cadencia de golpeo para obtener la victoria por abandono en el undécimo round en su combate contra el tenaz James “Jazza” Dickens 30(11KO)-4(3).

Dickens era consciente de que si dejaba a Galahad atacar a su ritmo estaría en una posición comprometida, de modo que al inicio usó su izquierda recta al ataque para llegar contra su oponente. Con todo, como era de prever Galahad hizo valer su margen en velocidad de manos y cadencia para llegar con fugaces hooks arriba o abajo que pudieron superar el trabajo de su contrincante. En cualquier caso, inicialmente el combate estaba contendido y emocionante (a pesar de ciertos agarres que amenazaron con embarrar la pugna) y si Galahad estaba logrando una ventaja inicial, haciéndose respetar con sus curvos en la media-corta, lo hizo por un margen reducido.

Una brecha por encima del ojo derecho de “Jazza” era un inconveniente importante en una pugna contendida, pero en el cuarto asalto se siguió esforzando para llegar con sus rectos e intentar igualar la muy elevada frecuencia de golpeo y la variada actividad ofensiva de Galahad. Por si la constancia con diversos recursos legales al ataque no fuese suficiente, además Galahad utilizó, como en otras ocasiones en el pasado, golpes bajos, astutos forcejeos en los clinches, pisotones en el pie adelantado de su rival y otras artimañas para hacerse todavía más correoso. En definitiva, aunque Dickens no estaba siendo barrido, poco a poco la diferencia a favor de Galahad se hizo cada vez más grande.

Si Dickens no ajustaba o generaba daños decisivos podía verse en una situación muy complicada a largo plazo en la contienda, puesto que hacia la mitad ya tenía cortes en torno a ambos ojos y se estaba cansando visiblemente, no siendo sus esquivas lo suficientemente eficaces. Asimismo, seguía sin poder imponerse en el duelo de jabs, de modo que, aunque en el sexto round llegó con algún claro curvo a la contra que movió algo a su rival, la pelea se le estaba escapando. Por ello, en el séptimo asalto a Dickens no le quedó otra que presionar más, tirar más golpes y aprovechar una puntual disminución en la actividad de su oponente para llegarle con rectos y cortos uppercuts que estremecieron un tanto a Galahad.

De todos modos, lo que pudo parecer un amago de reacción terminó quedando contenido por los afilados jabs, los oportunos ganchos y, en definitiva, por la mayor precisión de un Galahad que no terminaba de cansarse a pesar de haber arrojado según el conteo computerizado más de medio millar de puños. Así, aunque Dickens llegó con alguna izquierda aislada y en el décimo asalto su oponente perdió un punto por reiteración en los golpes bajos, en el último tramo “Jazza” estaba siendo ya preocupantemente castigado, tenía el ojo muy inflamado y había perdido tensión muscular, encaminándose a una derrota que era inevitable y que se certificó tras el undécimo round. Aunque Dickens intentó bloquear, mover la cintura y aguantar en ese asalto, su ojo izquierdo presentaba un terrible estado y su esquina acertó al no dejarle salir al último asalto.

Las opciones para Galahad a continuación son evidentes, sobre todo no teniendo que ir más allá del esquema de Matchroom Boxing para encontrar un notable combate. Por un lado, una pelea ante Leigh Wood, quien Eddie Hearn quiere que la WBA sitúe como campeón pluma absoluto del organismo, es una opción muy buena, siendo otra gran posibilidad un cruce ante el ganador del Josh Warrington vs. Mauricio Lara II. En cualquier caso, al margen del análisis sobre qué combate puede interesarle más para maximizar sus ganancias deportivas o económicas, Galahad ha logrado a la segunda el codiciado logro de coronarse campeón mundial y ha alcanzado el punto más alto de su carrera hasta el momento, algo que es muchísimo más de lo que un tramposo demostrado merece.